Brasas del siglo XXI (I): entrepreneurismo y formación continua.

La brasa entrepreneur. El ‘nena tú vales mucho’ del terreno laboral. Hombre, yo lo entiendo, que es un pensamiento muy bonito. Lo de autónomo no es cool, y pagan muchos impuestos. Así que vamos a ponerle otro nombre y a asociarle, además, #valors. Qué hijoputas los americanos, cómo saben vender. La idea subyacente: en un mercado laboral excesivamente regulado y en un país de paletos, YO, O SEA, YO, estoy por encima de eso, soy más guapo, más listo, he visto más mundo y levantaré mi imperio desde la nada. Y además tengo un garaje y un par de cables.

La idea de la emprendeduría es atractiva porque entronca bastante con la nación de tenderos de la que hablaba la Thatcher. Un país al borde del abismo y un montón de pymes REMANDO JUNTAS HACIA EL BIEN COMÚN. En el plano colectivo tiene este punto patriótico molón de rescate del país de sus cenizas y tal, en plan ‘todos somos héroes’, un poco como cuando juega la selección y decimos que ‘hemos ganado’, pero en este caso poniendo de verdad nuestro ninerito y el TALENTO que un señor de un cursillo de formación del INEM nos ha dicho que tenemos, después de años de no haberlo oído ni en nuestra casa, seguramente porque nuestra madre nos conoce mejor.

Claro, en el plano individual la idea entrepreneur es preciosa, porque permite una fusión de eso que te apasiona con la forma de ganarte la vida (a ver a quién no le ha llegado al spam de su mail un correo encabezado con un ‘si amas lo que haces, nunca será un trabajo (Confucio)’ de un señor de Australia que quiere extender una filial de lo suyo en España y te necesita JUSTO A TI, JOVEN ESPAÑOL), y como no ligas y no puedes desarrollar un PROYECTO COMÚN, pues optas por desarrollar un proyecto individual que potencie tus inexistentes capacidades y que te haga poder vivir de ello mientras contribuyes al bien social. Entonces serás un ONVRE hecho a ti mismo que ha peleado con uñas y dientes por su PASIÓN y por salir adelante desde la nada más absoluta. Entonces sí, entonces ligarás porque podrás contar esta pamema por las discotecas de los pueblos de España. Bueno, en realidad no. La trampa está en asignar valores casi metafísicos a abrir una puta peluquería canina. Pensad en toda la gente que vive de esto, de toda esta narrativa DE MIERDA: libros, cursos, técnicos de ayuntamientos, la CEOE… Tiene que ser algo ELEVADO y cuasirreligioso eso que te venden para poder seguir con la mentira, claro. ¿Cuánto hombre que dice que se ha hecho a sí mismo –es decir, que ha triunfado con su negocio- partía, en realidad, desde una posición ventajosa? La inmensa mayoría. ¿Cuántos lo van a reconocer? Ninguno.

Claro, luego viene la realidad, pero oye, aquí hay de todo y a quien la carrera de obstáculos le pone (amo este post y el ODIO que destila YA desde el título) y piensa que LA HISTORIA LE GRATIFICARÁ y a lo mejor le dan algún premio y le entrevistan en la Contra de La Vanguardia. Entonces vamos a mi negocio de cupcakes, perdón, mi START UP. Y la liada. Y una ayudita del Ayuntamiento –recordemos que toda la BRASA viene de decir que creas todo DE LA NADA, así que igual ‘de la nada’ TAMPOCO-. Que si capitalizo el paro. Consigues por fin abrir la persiana, eres un héroe que se ha enfrentado a la ventanilla única. Entonces pueden pasar dos cosas:

1-      Que salga bien -> Seguimos con el rollito ‘hombre hecho a ti mismo’. Otros tienen que cerrar, tú no. Porque has investigado mejor el mercado y eres ESPECIAL (la realidad: el lobby de tu sector ha conseguido condiciones ventajosas soborno mediante pero EH)

2-      Que salga mal -> Toda la culpa es tuya. Sin paliativos.

Claro, yo estoy acojonada porque hasta BILDU ha caído en la brasa entrepreneur. Me llegó el otro día un folleto a casa y subí en el ascensor con lo típico: sudores fríos y demás. Maiorga Ramírez en la escuela de verano del Juan de Mariana en Lanzarote. Marian Beitialarrangoitia firmando artículos en Libremercado. No sé. No sé ya qué clase de escenarios raros nos podemos encontrar.

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Esto es socialización del sufrimiento y no la ponencia Oldartzen.

¿Pero qué demonios pasa aquí? ¿Por qué triunfa el ‘hazlo tú mismo’ laboral? ¿Por qué Plasmariano quiere aprobar una Ley de Emprendedores? La razón más evidente es porque no es que sean malos, es que no tienen ni putísima idea de qué hacer para arreglar lo del paro. No tienen ni idea NI INTENCIÓN DE HACER NADA, ADEMÁS. Entonces, VAMOS A DELEGAR, vamos a hacer florecer la idea de que sois TAN BUENOS CIUDADANOS y estáis TAN BIEN PREPARADOS que con un empujoncito nuestro pues os podéis montar el chiringo vosotros mismos. SI LUEGO LAS REGULACIONES SON UNA TRABA (cuñita para tener contentos a los #LET mientras os freímos a impuestos a todos porque ya no tenemos de dónde sacar). Y si todo esto sale mal, siempre, siempre, y como se ha puesto el foco de la creación de empleo en el individuo, echaremos la culpa al individuo -inserte respuesta repipi de ‘el trabajo lo crean las empresas mimimiimi’- también y nos lavaremos las manitas, algo así como lo que ya se ha hecho con el tema hipotecas (“no se informaron bien”, el tema incentivos a la compra apenas se toca, por ejemplo). ¿Qué sale bien? Pues ole los cojones del Gobierno español.

Pero digámoslo claro ya todo de una puta vez. Lo que pasa es que hay gente que, así tal cual, vive de que las cosas no funcionen. ¿A dónde irán todos los profesores de “Community Manager para tu nuevo negocio” cuando todo el mundo tenga trabajo? Y en esta línea va también el siguiente tema: la brasa de la formación contínua.

La formación continua: estudia hasta morir.

Y bebiendo de lo anterior… Puede que tu START UP no triunfara porque a lo mejor ‘te faltaba formación’. Y aquí han encontrado otra mina de oro estos cabrones. La idea debajo de toda esta historia de la formación permanente está bastante clara si se rasca un poco, y podemos resumirlo en “hagas lo que hagas, nunca será suficiente”, e incluso en “hagas lo que hagas, la vas a cagar”. De repente nos convertimos en niños metidos en un Ford Fiesta de camino al pueblo preguntando cada cinco minutos si falta mucho. Primero la FP era donde iban los vagos, así que escogimos ir a la Uni. Luego ya dentro de la Uni si eras de letras mal también, se les llenaba la boca con ‘haberte ido a ciencias’ cuando te ibas al paro –o sea, la carrera tiene que cumplir el requisito de apasionarte y ‘tener salida’ como se suele decir, las dos a la vez, si no, MAL-. Luego que eso tampoco, que tenías que tener un master. Luego que otro. Y al final, la desregulación llegó a incluso a la ingeniería. Luego que idiomas, que inglés solo no, que ahora chino –tenías que ponerte con el chino sin haber acabado de aprender inglés Y RAPIDITO, QUE HAY QUE ADAPTARSE-. Puedes hacer TODO BIEN, ir a lo que tiene salidas, aprender el idioma que te abra más puertas… Y todo con pasión y optimismo. Y sin recibir absolutamente nada a cambio durante ninguna parte de ‘el proceso’. Y no, eso no basta. Hay que hacer un experto universitario, un especialista, una polla en almíbar. Y ya te digo yo que si no has nacido en la familia adecuada nada de esto sirve. Ahora, que si quieres vivir en la burbuja de la posibilidad de hacerte a ti mismo desde abajo, rollo Estates, me parece muy bien. SUERTE.

¿La realidad? Que lo que quieren es mantenernos cuanto más tiempo mejor en el sistema ‘educativo’ formal o informal no por esas altas aspiraciones de ‘talento’ y ‘valor añadido’ que nos va vendiendo la secta del coaching, no. Simplemente da la sensación de que estás ‘en tránsito’ hacia un futuro brillante fruto de tu esfuerzo y de muchos termos de café. ES QUE YO ME HE FORMAO, NO COMO LA GENTE QUE QUERÍA DINERO FÁCIL CURRANDO EN LA NOCHE. Bueno, esa suficiencia y que al Gobierno le interesa un poquito porque maquilla las cifras de paro y aparte puede acuñar frasazas como la de la Generación Más Preparada de la Historia ™ -> NO TRABAJA NI UNO, PERO ES PORQUE CUANDO SALGAN SERÁN DIRECTIVOS TODOS. Luego ya podemos ir recalando en casos más personales de gente que tiene inteligencia emocional cero si saca la nariz fuera de un libro (y miedo escénico total a formar parte de un entorno de empresa con jefes, subjefes, compañeros, etc.) y por eso no les echas ni a palos de la Universidad (postpostpostpostdoctorado con 47 años) PERO NO ES EL TEMA AHORA.

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Todas mis fobias juntas en un pantallazo.

A mí que una persona de treinta años como treinta soles me diga con orgullo que no tiene ni un puto día cotizado porque se estaba ‘formando’ porque pensaba ser elite ya me va dando como cosica. Y no les culpo, que conste. Porque hasta hace cuatro días regía el mantra de que básicamente TODO era culpa de que la gente se había puesto a lo loco a trabajar en la construcción –esto en formación, en el mundo laboral las culpas van para los hipotecados, como veis, todos yendo AL FONDO DEL ASUNTO y ensañándose con la gente a la que más se parecen, pensando que ellos son MENOS TONTOS-, y cuando estalló todo esto en lo que estamos metidos ahora se incidía en que la culpa era de que la gente había dejado de estudiar y vivimos en un país con sectores sin, cuidadito aquí, VALOR AÑADIDO -¿añadido a qué?-. Entonces, como no sabemos tirar por la calle de en medio, pasamos de ‘¿para qué cojones voy a estudiar si luego gano más en un trabajo que no requiere estudios y encima si se enteran de que tengo estudios me mandan a la calle –ah, los entrañables currículums B-?  a ‘Voy a estudiar un montón que así luego salgo muy preparado y tendré un trabajo ESTABLE y un contrato BUENO –y puedo estar más años diciendo en casa que no me pongo a trabajar porque me estoy formando, y además lo de buscar trabajo es muy cansao y mejor lo retrasamos hasta que las cosas mejoren-‘.

Pero rasquemos un poco más y detengámonos en ese ‘en tránsito’ y en ese ‘nunca es suficiente’ que he mencionado más arriba. La otra idea de fondo, la realmente jodida, es que una vez que te pones a trabajar, y como nos hemos movido a un escenario de LA VIDA ES FORMACIÓN, siempre estarás, presuntamente, ‘aprendiendo’, lo cual viene a justificar que nunca seas un trabajador ‘por completo’, es decir, con todos los derechos que ello conlleva. No te podemos dar todo porque eres un proyecto de algo y aunque tú pienses que sí, no tenemos ninguna intención de compensarlo. No llegas. No eres lo suficientemente bueno. Esa es la idea de fondo del trabajo en precario, la contraprestación a ‘es que te estamos formando’. Ya te contrataremos. No ocurre lo mismo con tus deberes, que sí serán los mismos. Además es vil: tienes que adaptarte al entorno cambiante del mercado MUY RÁPIDO, pero eso sí, a cambio de una promesa que llegará en el largo plazo, o sea, NUNCA. Y que se puede incumplir y no pasa nada. Y la idea de que si te pasa algo de esto, ha sido porque tú no has hecho lo suficiente, parásito. Si va bien, mérito de la empresa. Si va mal, demérito exclusivo del trabajador. Todo es proyectivo, pero nada se materializa. Otro pacto social roto. Otro más. Y si te quejas, te dirán que lo quieres todo hecho, o que eres un impaciente. Quieren mantenerte de segunda mientras te acusan de inmaduro. Un ‘encima de puta poner la cama’ de libro.

De verdad: nunca se ha echado la culpa a una generación de TANTAS cosas cuando ni siquiera ha tenido la opción de acceder a ningún tipo de responsabilidad para poder actuar conforme a sus intereses. Es acojonante. Han pensado por nosotros y nos hemos dejado. Pero es que si no nos hubiésemos dejado, estaría también mal. Recuerda: hagas lo que hagas, ya vendrá alguien con todo hecho a decirte que lo tuyo está mal. Pero como muy sabiamente dice el coautor de este blog DE QUIEN ESPERAMOS QUE SE MANIFIESTE DE UNA PUTA VEZ, todo es desregulable, prescindible, toda dualidad es suprimible… Hasta que te desregulan a ti. Y oiga, es muy placentero verle la desregulación a esos que creían tenerlo todo hecho y pensaban que a ellos les iba bien porque eran más listos, y cuando dejó de irles bien empezaron a echarle la culpa al entorno. Y ya no hay nada seguro, así que yo no me arriesgaría a rajar de ‘vagos, parásitos, gente que no se informa, gente que quiere vivir por encima de sus posibilidades y gente de letras’. Porque igual alguien decide que TÚ que lees esto mañana mismo pertenezcas a una de esas categorías. Aunque tú pienses que no. Da igual lo que tú pienses. Que no chaval, que te dicen que sí, y aquí tú no decides ni pintas nada. Y lo que hagas tampoco importa. Porque cambian las reglas y mueven la portería cuando les sale de los cojones. Coño, así todos sabemos. O sea, que la cosa ya no es ‘cumplir con las reglas’ sino saber quién está en disposición de crearlas y cambiarlas. Pero claro, tratar de modificar eso es MUY PESAO. Así que voy a sacarme otro especialista universitario.

One response to “Brasas del siglo XXI (I): entrepreneurismo y formación continua.

  1. La verdad que con el tema de la crisis estamos conociendo unos personajes la mar de frikazos que espero que no sobrevivan después del tiempo indeterminado que acabe la crisis. Y si sobreviven espero que no prediquen con lo mismo que ahora, y así no vayan de que si son los que salvaron la patria con sus enseñanzas y tal.

  2. Cuidao, Nayer, con el tema de la formación continua, porque creo que es IMPRESCINDIBLE seguir formándose, y más cuando te dedicas a algo tan cambiante como el mundo de la comunicación. Yo he aguantado mucha, mucha brasa entrepreneur, y he de decir que son gente ESPECIALIZADA en sacar al banco de turno un crédito enorme, inflarlo con estupideces, y vivir del cuento el tiempo que dure el crédito de marras, meterle el pufo a alguien y huir a otro país. En eso consiste el cuento entrepreneur.

  3. Yo no he cotizado ni un puto día. Y sigo formándome. Y tengo 30. Por cierto cotizar es una cosa y trabajar otra. Trabajar sí he trabajado. Mariano cotiza, trabaja?
    Tu has renunciado a todo, trabajar, formarte, emprender, todo el mundo es malo y tu tienes razón, ‘lo mejor quedarse en España para luchar’, claro, como tu…

    Hay becarios que no han cotizado porque no les constaba como tal. Si se iban perdían el puesto. A trabajar gratis. Otro año esperando beca. El investigador puede tener primeros contratos con 30. O podía, yo ya abandoné esa mentira. Te digo que hablas como los que criticas, sin saber, generalizando, y lo más curioso, sin trabajar ni cotizar (dicho por ti en otra entrada).

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