¿Desde cuándo me convertí en cliente de mis amigos?

Vas a verme por la tele. Vota mi blog. Dame dinero que quiero autopublicarme. Hemos ido a la mani… 267 fotos. Esta es mi página de inicio de FB hoy, un lunes por la tarde. Incluso después de haber hecho una buena reducción de plantilla. Mi FB se twitteriza y no puedo, parece, hacer nada para frenarlo. Subo tu link y subes mi link. El Kickstarter de los cojones. Pollas en ollas.

Realmente lo que pasa en mi página de inicio de FB me recuerda un poco a cuando hace no tanto una fila de jóvenes locales sin trabajo –luego esto pasaron a hacerlo los inmigrantes- se iban a una rotonda a las 7 de la mañana para que un capataz se los llevara a una lonja de pescado a descargar o a poner ladrillos en la obra. Sí, que lo hagáis todo cómodamente sentados y en reuniones varias en sociedad NO lo convierte en algo muy distinto a eso.  Y en todo este proceso al que asisto aterrorizada de un tiempo a esta parte, con lo que me quedo es con que en vez de una amiga, son una especie de consumidora de eventos que elige dónde pone 20 euros de crowdfunding para un libro, le da a un ‘Me gusta’ o ve gente por la tele porque alguien me lo dice y al día siguente ya sabemos que es de eso de lo que tenemos que hablar. Ah, y mira lo que ha dicho no sé quién por Twitter… Yo no le puedo montar ningún pollo porque tiene una editorial, pero tú si puedes (DM REAL recibido por mí). Y los books de las manis. Otra gozada. Fotos instagrameras colgadas por parte de los señores que nos dicen exactamente CÓMO tenemos que enfadarnos en tiempo y forma teniendo ellos ya la vida solucionada. Ah. Más fotos = más concienciación. Si salgo con un letrero, mejor. Para lo de los ODIOS sí que soy muy freelance y me los gestiono yo, gracias. 

Puedo pensar muchas cosas: puedo pensar que todos estamos tiesos y ver toda esta historia como una canalización de la ayuda mutua y yo te doy 20 euros para tu libro y ya mañana tú me das 20 para pagar la luz. Puedo pensar que tenéis un ego de tres pares de cojones porque un par de personas destacadas de la farándula internetera os ha dicho que os ven ‘potencial’. O puedo pensar –pienso, de hecho- , que yo no entiendo el mundo ya y que no tengo estómago para ponerme un PayPal en mi blog. Sé que es lo que hay que hacer, pero es que una es muy pudorosa y los pudorosos hemos perdido el siglo ya, cuando no el tren laboral y no hablemos de la paciencia. Los tímidos no tenemos nada que hacer. No sabemos los suficientes idiomas, no sabemos community management y encima somos tímidos. Somos los hebreos de la era digital. Inglés medio, dos másteres, tres carreras y visibilidad. Sobre todo visibilidad. Y ACTITUD. Sin actitud estás perdido. Actitud como sinónimo de RAJAR pero no por delante, eso no. 

Luego hay también una lectura un poco fea y descorazonadora. Sentarte a pensar, de entre esa gente cuánta te lo suelta porque son tus amigos y cuánta te lo suelta por tu talento. De hecho, desde que he empezado a conocer gente a través de redes sociales (y un día decidí dejar de hacerlo), siempre vivo con la duda de si me dicen las cosas en serio o simplemente tenemos que fingir caernos bien en aras de que luego podamos hacer sígueme que yo te sigo y promocionarnos mutuamente y cosas así. Es muy difícil no llegar a la conclusión de que no eres nada mucho más allá de un grupo de gente con intereses comunes que te baila el agua porque podrían estar en tu misma situación. Pues bueno, la culpa es mía, nací en una época equivocada, el crowdfunding y el 2.0 y yo no nos llevaremos bien jamás y el mundo va a ir así a partir de ahora. Correré con las consecuencias de descolgarme y de no participar en ello.  Correré con las consecuencias de no tener, borracha, una idea empresarial de puta madre en el váter de una discoteca, apuntarla en una servilleta y pedir un crédito a Cofidis (y dar la brasa a familia, amigos y followers) para EMPRENDER lo que el DESTINO tenía escrito para mí y con lo que me iluminó mientras meaba.

Joder, es que he llegado a echar de menos aquel primer FB en el que el personal daba la brasa con fotos de los sábados a la noche –sí, al principio se colgaban TODOS los sábados-, o hacíamos tests de ‘Qué cantante hostiable eres’ y cosas así, o subiáis fotos de vuestras novias o manteníamos discusiones sobre si había que divulgar o no el estado sentimental. Pero es que me cago en diez, en esa época érais solo mis amigos, no unos chavales de mi edad con un producto/servicio extra aparejado que fagocita a la persona que hay detrás.

 Y al final, claro, hay que preguntarse lo que se pregunta Carlo Padial aquí: que si somos amigos o si estamos de networking. Me gustaría ser –seguir siendo- vuestra amiga, no vuestra cliente. Y no, no voy a darte 20 euros para autopublicarte. O sí, pero porque yo quiera, no porque me montes un campañón en el muro de FB. Un problema no es, el síntoma de un problema a lo mejor sí: de que el personaje se está tragando a la persona. Respeto, eh, pero a este juego yo no voy a jugar. Buscadme en otra parte.

 

One response to “¿Desde cuándo me convertí en cliente de mis amigos?

  1. Muy de acuerdo.

    Lo peor de todo esto es que al final uno (el que recibe tanto de eso) llega a preguntarse ¿quiénes de esta gente son realmente mis amigos? ¿Tal persona me sigue tratando bien porque soy su amigo o porque soy cliente de su producto? ¿Qué pasaría si no acepto nada de lo suyo?

    Puede que un día haga mi página de FB con mi nombre y mi CV; promocione los proyectos en los que participe; envíe masivamente eventos de conferencias/ferias/exposiciones/congresos/reuniones/networking organizados por mí, o por algún compañero de trabajo o de alguna carrera que hice, que necesite llenar eso de gente; pida el voto en algún concurso chorra donde además de poner que he ganado en mi CV gane una tablet;… como algunos de esos amigos de FB que uno tiene. Pero teniendo en cuenta que soy timido y lo poco que me gusta hacer de attention whore, dudo (y espero por mi bien) que sea como mínimo hasta dentro de más de diez o quince años.

    Y ese nivel de enviar DMs de “dile algo a esta editorial que a mí me da miedo” es el nuevo llamar al Primo de Zumosol 2.0; si eso es el futuro, yo huyo.

  2. Eso de amigüitos por conveniencia y después ponerse a parir por detrás lleva pasando toda la vida.

    Joder, vaya post, parece una rendición; me dan ganas de darte un abrazo. Piensa que hay un millón de maneras de montárselo en la vida en las que sólo dices lo que sientes a quien a tí te parece y no le tienes que comer el culo a nadie, y nadie te lo viene a comer porque saben que los ves venir a distancia y no les conviene el esfuerzo. Es más, a estas alturas de la vida (soy un fósil ya), estoy convencido de que la única manera de currarse algo sólido es precisamente ésa, y no la de los amigüitos de conveniencia. Se tarda un poco más, pero merece muchísimo la pena, y no veas lo que te ríes al final. El que aguanta, gana.

    Mira, te lo voy a mandar: un abrazo. Y vuelve al tuitar, rapasa, que me aburro.

  3. Te estoy leyendo toda mientras mi madre se echa la siesta. Te entiendo. Mi facebook es un poco eso y otro poco un sinfín de embarazadas en el paro diciendo que es lo mejor que han hecho en su vida. Y ahora no sé si embarazarme, abrir una tienda de cigarrillos eléctricos o simplemente, mandarlos todos a la mierda. Bueno, sí lo sé, sí 🙂

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