Peligro, ************experiencias**************
McDonald’s. Tu McMenú con helado de Oreo y caramelo por dos euros más (precio original, si lo pides por separado después de terminar, 2,75, pero como HAY QUE AHORRAR, pues lo pido junto y o bien me como el McMenú a toda hostia o me como el helado derretido. Qué problemas). Tu brasa existencialista. Tineiyers cantando One Direction, con bastante buen inglés por cierto, mejor que el del meritocrático Botín seguro; la señora con los niños que ya ha agotado TODAS las servilletas del local para limpiar la mierda que ha dejado el mayor y tira de las toallitas del culo del pequeño… Nihil novum sub sole. La bandeja, con su mantelito de papel de los cojones. El mantelito al que si le das la vuelta te aparecen las calorías de todas y cada una de las mierdas que puedes comer allí. Y por delante, LA PALABRA: EXPERIENCIAS.
Ahora resulta que con la bebida te dan un código con el que te regalan EXPERIENCIAS. Ya no se regalan regalos. En otro colmo de la pedantería y la pomposidad, aportemos un plus de yoquéséquécojones a un detallito. La Umma autoayúdica tiene mucha culpa aquí. Tu vida está conformada a partir de ahora por ‘experiencias’. No te sientas culpable por no tener un objetivo definido, que puedes EXPERIMENTAR -como eufemismo de ‘no vas a conseguir absolutamente nada duradero y vas a tener que andar a salto de mata y de caprichito en caprichito’-. Pero esto es desviarse mucho. Centrémonos.
Bien: veamos lo que nos propone la firma de los arcos dorados. Divide las EXPERIENCIAS en cinco secciones: Belleza (depilación, manicura, masaje, pedicura, peluquería, pilates, reflexología, reiki, tratamiento corporal, tratamiento facial, taichi, yoga y circuito spa). De aquí ya hay por lo menos tres cosas que no tengo ni puta idea de lo que son, pero detengámonos en algo importante: ¿Desde cuando depilarse es una experiencia? ¿Qué ha cambiado para que hacerse las ingles brasileñas haya pasado de ser una putada a una experiencia? Espero ansiosa vuestras respuestas.
Luego está deportes: boxing, o sea, BOXEO; clases dirigidas, defensa personal, entrenador personal -personal en plan ‘nena, tú vales mucho’-; golf, natación, pádel -por lo menos lo han escrito en español, ya es algo-, roller blading, o sea, PATINAR; suscripciones al gimnasio, tenis y zumba. Que tampoco sé lo que es.
Sección tercera. Aterrador. Hobbies. Horror, terror, pastel de costo: Boleras -tiene c0jones, con el daño que ha hecho McDonald’s a los recreativos en general-, canto, cerámica -target: fans de Ghost-, clases de baile, corte y confección (!), dibujo y pintura, fotografía (modernos alert), idiomas (¿qué clase de gente tiene un idioma como hobby? Que me lo expliquen también), interpretación y música.
El apartado gourmet es lo más cerca que he estado del dolor últimamente: Art coffee, o sea PONER CARAS DE OSO PANDA A LA ESPUMA DEL CAFÉ. Toda una EXPERIENCIA; cata de whisky. TERROR. Miedo a que vayan a hacer con el whisky lo que han hecho con los gin-tonics. “Primero fueron a por los gin-tonics, pero no dije nada, porque yo no bebo gin-tonics. Luego fueron a por el whisky, pero guardé silencio porque yo no bebo whisky. Cuando vinieron a por mi ron, ya no quedaba nadie para hablar”. Pero sigamos, sigamos. Arreglos florales, clases de cocina, clases de decoración de cupcakes, O SEA, MADALENAS, tartas, etc; clases de huerto urbano -sospecho que nosotros teníamos uno en casa ya en los 80, pero todavía era underground y un poco paleto y no íbamos diciéndolo por ahí, no sé-, clases de repostería (DETENGÁMONOS AQUÍ. ¿Por qué los cupcakes y tartas van en una subsección distinta que ese global de ‘repostería’? ¿Qué tienen de especial? ¿Por qué no son repostería al uso?).
Y sí, entonces llega el CURSO DE INTRODUCCIÓN AL GIN-TONIC. O sea, hay ya NIVELES de gin-tonic-ismo. Si hay cursos de introducción al gin-tonic eso quiere decir que ya hay gin-tonic nivel avanzado o gin-tonic nivel experto. Seguro que sin yo saberlo hay ya un Proficiency de gin-tonics, un TOEFL de gin-tonics. Y de aquí al master universitario, que digo al master, al doctorado, no hay nada. El otro día paseaba por la Parte Vieja y ya me encontré el típico bar de toda la vida reconvertido en GASTROTECA y a señores vascos con copa de balón bebiendo gin-tonics con cosas flotando. Enfrente del frontón de los conciertos borrokas. No sé, OLA BILDU K ASE, GOBIERNA O K ASE. Un poco de orden, j0der.
Continuemos hacia el abismo, por favor: ruta enológica, o sea, BEBER VINO; taller DE CATA DE ACEITES, o sea, UNTARLO EN PAN Y COMÉRSELO; visita gastronómica de quesos, o sea, COMÉRSELOS, y visita guiada a bodegas (¿Diferencia con la ruta enológica? Pues vaya usted a saber. Pero ponemos MUCHO, para que parezca que haya más OPCIONES, que muchas opciones es BUENO).
Terminemos con ‘aventura’, mi sección favorita porque potencialmente cualquiera que practique estas cosas tiene más oportunidades de morir: barranquismo, buceo, bungee jumping (o sea, PUENTING. Esto lo aprendí en la misma clase de inglés en la que me enseñaron que parking es en realidad car-park. Pero el bungee jumping es muy muy expresión de esa gente que se ríe de que Gordillo diga ‘al coño de su puta madre’ y en una conversación te meten OUTSOURCING sin ton ni son. Que hay que seguir las reglas, pero que el idioma me lo follo cuando quiero que para eso soy una persona internacional. Molas más porque hablas COMO PITBULL. Dale). Proceed: conducción de superdeportivos en circuitos -millones de cuñados ya haciendo cola para pedir su McMenú, y para el niño ni Happy Meal ni hostias, se come el McMenú aunque no quiera. Pero al cuñado le gustaría, todos lo sabemos, que el superdeportivo no se condujera en circuito, que se condujera EN CIUDAD pa’ que LE VEAN-. Equitación, kitesurf, moto acuática, paintball, parapente, rafting, senderismo, o sea, ANDAR, andar como EXPERIENCIA, tócate los cojones-; spheratoon -la movida esa que te metes en un balón gigante y andas por el agua. Sí, yo también he aprendido el nombre técnico ahora-, tiro con arco, water jet pack (no soy capaz de saber qué coño es ni viendo la foto), windsurf y surf.
Y ya. Y gracias.
McDonald’s ahondando en esa culturilla del hobby de crisis, en esta culturilla pseudolumpen del mejor esto que nada y encima no te quejes que podría ser peor. Como no tienes un duro para irte de vacaciones, pequeños caprichos de poco valor, así, para ir tirando. Carpe diem + Al hamdu lilah. Mirad la proliferación a vuestro alrededor de tienduchas de manicura. Y de ese cáncer que son las franquicias de yogur helado. El caprichillo low cost, el polvo rápido porque meterme en una relación ni me lo planteo del ocio. Pero disfrazado de algo importante, y por eso le llaman EXPERIENCIA los hijos de la gran puta.
Te damos un código y luego ya tú eliges lo que te dé la gana. Ah, la extensión de la puta mierda de la ‘tarjeta regalo’ de Bershka. Bah, ponemos treinta euritos y ya que se compre ella lo que quiera. Que parece que te hacen un favor, pero que en realidad es un ‘ni nos hemos molestado en ver lo que te podría gustar’ que decíamos aquí. Que tenemos MUCHO LÍO.
En fin. Más y más mierda, eso sí, perfectamente empaquetada y vendible. Gracias.
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