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Como sabréis, llevo unos días en Irlanda. – Vamos a ver, Naiara. ¿Por qué cojones iban a saber que estás en Irlanda si no se lo has dicho hasta ahora? – Ah, es verdad.
Bueno, pues estoy en Irlanda y ya está toda la NACIÓN TINEIYER como TODOS LOS AÑOS QUE LLEVO VINIENDO AQUÍ A PONER CAFELITOS EN VERANO alteradísima con el Leaving Cert, que es un poco como la Selectividad de Eire. Este año he venido mucho antes que los anteriores, en los que cuando llegaba los chavales o bien acababan de hacer el examen o estaban en proceso de espera para conocer su calificación, que les llega si mal no recuerdo a mediados de agosto (me han explicado cinco o seis veces el sistema de puntuación y no es que no lo entienda –que tampoco-, es que es TAN COMPLICADO, yo creo que más que el propio examen, que soy incapaz de reproducirlo aquí. Al que le interese, San Google).
Una de las chicas que está conmigo trabajando los fines de semana (17 años) tiene que hacer la prueba dentro de mes y algo, y se me ocurrió preguntarle si este examen lo hacía todo el mundo -inciso: hablamos de un entorno rural en el que incluso la gente que sigue en el colegio tiene algún trabajo de fin de semana en hostelería aunque sea planchando manteles, en pesca o en el campo-, o sólo aquellos que quieren ir a la universidad. Y su respuesta se me pareció mucho a España: de los que continúan en el sistema educativo a esa edad lo hace un porcentaje bastante alto. Y de los que lo hacen, la gran mayoría acaba en la universidad, aunque dado el sistema de puntuación, aquí lo que se busca más bien es acceder a tu centro de preferencia, bien por proximidad a tu domicilio o bien porque se considera que es la mejor en tu especialidad –por supuesto, están los típicos subnormales, mucho más los padres que los hijos, que no les da la nota para Dublín siendo de Dublín y se piran a Limerick cuatro años para no perder uno intentando mejorar su nota-. Y sí, antes de que a alguien se le cortocircuite la mente voy a hablar de un modo TREMENDA, INFINITA Y DENODADAMENTE CULTURALISTA para intentar contrarrestar esta moda en la que todo ha de ser aséptico, analítico, científico y es guay parecer una máquina de tabaco en vez de una persona. Por eso y porque no sé hacerlo de otra manera. Así que podéis parar de leer aquí.
El caso es que por unas cosas o por otras llevo ya cuatro años escuchando hablar del Leaving Cert, y la mayor diferencia que encuentro con ‘ese gran país’ ™ es toda la parafernalia, industria, etc. que se articula en torno a él como rito de paso, celebración familiar, etapa vital, etc. También el tratamiento muy ‘medicalizado’ del asunto. No es raro que se hable de ataques de pánico, técnicas de relajación, teléfonos de emergencia PAPORSI, y sin irnos de madre puedo hasta entenderlo en un país con problemas de dependencias y suicidios más agudos que en el nuestro. En todo caso, el escenario en que los chavales hacen el examen me parece tremendamente distinto al cual tenemos –o teníamos- nosotros.
Para empezar –recordemos, queda más de un mes para el examen y estoy viendo ya que ME VAN A DAR EL MES-, este fin de semana el suplemento ‘Living’ del Sunday Independent venía con 19 (DIECINUEVE) páginas agrupadas bajo el título ‘Secrets of the Leaving Cert’. Yo creo que el suplemento no deja sin abordar ninguna perspectiva: los recuerdos que guardan de aquella bonita época algunas celebridades, cómo concentrarte mientras estudias, consejos para los padres, MUCHAS FOTOS DE FAMOSOS, POR LO QUE SEA; gente que ha conseguido éxito profesional sin haber logrado grandes notas en el examen (salen Bob Geldof, Ronan Keating o John Waters –estas dos páginas son una especie de ‘no pasa nada’, pero ojo, EL RITO SIGUE AHÍ, aunque sea para que lo hicieras mal), la posibilidad de cambiarlo por otro tipo de evaluación, OPINADORES, reflexiones generales sobre educación, presión sobre los alumnos, etc.
Ya transcribimos en otro post lo que dice Minchinela con respecto a la aparición o no de los jóvenes en los medios de comunicación. Esto de arriba da una idea de la importancia no sólo académica sino social del examen/evento. En fin, que el medio se hace eco de esto TAN RELEVANTE Y DECISIVO PARA TU FUTURO PERO QUE SI LO HACES MAL TAMPOCO PASA NADA, PERO VAMOS, QUE MEJOR QUE LO HAGAS y el chaval de 17 años lleno de incertidumbres y granos ve que si un periódico dedica 19 (DIECINUEVE) páginas de su edición dominical es porque si eres joven, es ahí donde tienes que estar, y de este bonito modo más tus padres dando por culo en casa, estandarizaremos el estrés y esta suerte de circuncisión académica generación tras generación. Todas las conversaciones de sus amigos girarán en torno a tan ardua prueba. Si no la haces, de un modo o de otro, más allá del resultado que logres, estarás excluido. O peor, puede que salgas en los medios, pero si no estás en la autopista hacia la Universidad seguramente será por razones de las que tu familia no se sienta precisamente orgullosa. En definitiva: es de esa clase de examen en el que más que el resultado, lo que te definirá –o así creo que se ve a los 17 años- para los restos es el hecho de haberlo realizado o no. Porque habrá regalos, porque habrá celebración familiar y porque te comprarás un vestido muy bonito en New Look para salir a cenar. ¿Cómo cojones le vas a pedir a un chaval que ponga en perspectiva algo así si le dedicas 19 (DIECINUEVE) páginas de un suplemento dominical a UN MES de la celebración del examen y además en casa le habéis dicho que el fin de semana siguiente tenéis cenita con la familia para celebrarlo? Luego los Gardai quieren que el consumo de alcohol en las fiestas post Leving Cert sea ‘moderado’. Va, no jodamos…
Pero sigamos: otra chica que trabajaba conmigo y a la que adoro porque es el anti pánico, la anti histeria y el anti showing off hizo el examen hace tres años. Sacó una nota muy buena (creo que 500 y mucho sobre 600) y pudo hacer Medicina en la universidad que quería (UCD, University College Dublin, no lo de Suárez). Cuando supo la nota no se puso a gritar, pero ese mismo día tuvimos en el coffee shop a media familia y el resto del pueblo entrando y saliendo para felicitarla. A lo que voy es que era más el entorno que ella misma el que promovía esa sensación de histeria (los padres no, que son majísimos, era más familia lejana), esa trascendencia. No sé. Me pareció totalmente fuera de lugar viniendo de personas adultas. Parecía más madura y con los pies en el suelo la propia chica. Su entorno, incluidas otras compañeras de trabajo, empezaron a comparar notas, a decir para qué universidad le daba a no sé quién y para cuál no le llegaba (sabían lo que había sacado TODA LA COMARCA)… Era como la típica clase en la que todos quieren llevar las deportivas más caras. Yo misma he servido cenas en las que las hermanas pequeñas preadolescentes de nuestros chicos a los que “les ha dado la nota para lo que querían” ™ parecían ir vestidas para una boda siendo aquello una mera cena familiar, de la familia más cercana, ojo, de los que se vieron anoche en casa cenando en pijama y zapatillas. Por favor…
Y cuidado porque aquí se introduce otra pata de la mesa: LA FAMILIA. El retrato del examen/evento (¿eventamen? ¿exavento?) en los media puede ser más acertado o menos, la presión de los pares a esa edad es la que es, el sistema educativo y los métodos de evaluación son con toda seguridad mejorables. Total que el fin de semana leo también esto. Extraigo:
“The more we do to ensure that all children have similar cognitively stimulating early childhood experiences, the less we will have to worry about failing schools.”
Suena muy bien lo de cognitively stimulating early childhood, ¿eh? Hay que ser un HIJODEPUTA para llevar a tu hijo de meses a hacer algo con una finalidad determinada y no porque sí. Si yo tengo que pensar en LA ECONOMÍA MUNDIAL cuando llevo a mi hijo a una extraescolar, me pego un tiro. Un crío tiene que jugar porque le dé la puta gana, no PARA algo. Ni mucho menos, y éste es un melón que se abre demasiado poco, PARA cumplir las expectativas que tú no fuiste capaz de satisfacer por ti mismo para tus padres. Cuando vuestros hijos no las cumplan –porque no las van a cumplir todas, y harán bien-, pondréis el foco en los nietos, y así. ¿Y de qué lo disfrazáis? DE QUE EL MUNDO AHORA ES MUCHO MÁS COMPLEJO. “Es que ahora hay que estar muy preparado”, “currículum por competencias. POR COMPETENCIAS”, “ahora hay unas cintas para aprender chino desde el vientre materno”. Éstas son las madres y padres inseguros e histéricos (ojo, si te quedas en casa MAL, porque respondes a los cánones de la Iglesia y si vas a trabajar MAL porque respondes a la lógica del capital. Madres del mundo, todo lo que hagáis, MAL) que me voy a encontrar yo a las puertas de los colegios. Qué ilusión. Qué bien. Me iré con ellos de cafelito afterworks mientras tenemos a las criaturas en LA PICINA para mejorar su nosequé psicomotriz en vez de para que se hagan aguadillas, pordiosbendito. Cualquier día existirán interpretaciones de las cacas de los niños y nos servirán para trazar un plan académico con proyección de futuro para potenciar al máximo sus talentos innatos. Y acabo aquí, que voy hablando ya como un emprendedor Y NO QUIERO.
Estáis utilizando, hijos de puta, a vuestros hijos como medios y dejándolos de ver como fines en sí mismos. Estáis, por tanto, cumpliendo a rajatabla la REGLA NAMBERGUAN del cuñadismo.
Por favor. Por favor. RELÁJENSE. Mientras tanto, voy a pensar YA en la educación de mi hijo. No sea que esté poco preparado para el futuro y me reproche que no le apunté a indonesio a tiempo. O no sea que se manche la ropa jugando en el barro porque sí y sea feliz.
PD 1: Siempre hay alguien que habla mejor de todo que yo. En este caso, Charlie Brooker sobre los A-Levels británicos aquí
PD 2: Vais a traer niños EDUCADOS POR COMPETENCIAS a un mundo así. Vosotros veréis.
La verdad es que es inaguantable la presión social de conseguir que el hijo tenga ahora que hacer “tal cosa” para que en el futuro sea capaz de “tal otra cosa”, porque un día el padre leyó un texto/artículo_de_reputado_cientifico_en_prensa/noticia/documental/… que decía eso.
Y ya no hablemos de los topicazos españoles (no sé si en otros países existirán, pero no me extrañaría) de: apuntar a los niños a montones de actividades extraescolares y al conservatorio.
Joder, una cosa es sugerirle al niño que se apunte a algo de pequeñito (yo estuve en aerobic y en piano, porque yo quería, y cuando dejé de querer me quité y punto) y otra obligarlo como muchos padres hacen. Y de adolescentes igual. Le puedes decir, ¿quieres aprender chino? Pues te apunto a una academia. Y si no le gusta pues lo quitas. Pero tú se lo has sugerido, tú le has dicho que puede ser bueno para el futuro, y si aun así él no quiere… Pues que no quiera.
Yo antes no me quería apuntar a inglés porque no me gustaba. Y ahora estoy pensándomelo. Mi padre me lo sugirió, y ahora he podido comprobar que sin inglés no se llega a ningún lado. Pero la cosa es que ya no odio el inglés, así que oye, por mí me apunto. Porque yo quiero.
Y en España es menos pero ya estoy hasta el coño con la Selectividad, si no metieran tanta presión lo mismo hasta salían mejores resultados.